
En qué consiste
El VII Congreso Internacional de Periodismo, organizado por la Fundación Manuel Alcántara con la colaboración de la Diputación provincial de Málaga, tiene el objetivo de reflexionar sobre el papel y el legado de Manuel Alcántara en las disciplinas en las que destacó a lo largo de su trayectoria: columnismo, poesía y crónica deportiva.
Fecha y lugar
En Málaga, el 23 y 24 de octubre de 2019 en el Hotel AC Málaga Palacio.
Participantes
Mark Aldrich, Manuel Castillo, Antonio Soler, César Coca, Mª Eugenia Merelo, Lola Alcántara, Rafael Porras, Agustín Rivera, Silvia Cruz, Alfredo Relaño, Domi del Postigo, Jorge Bustos, Rosa Belmonte, Ignacio Camacho, Teodoro León Gross, Carme Riera, Ben Clark, Ignacio F. Garmendia y Pablo Aranda.
Programa
Conferencia inaugural: “SOBRE LA POESÍA MANUEL DE ALCÁNTARA”
Participan Francisco Ruiz Noguera (poeta y profesor de la UMA) y Aurora Luque (poeta y traductora)
Mesa redonda: MANUEL ALCÁNTARA Y DIARIO SUR, UNA RELACIÓN DE 30 AÑOS
Participan Manuel Castillo (director de Diario SUR), Antonio Soler (escritor y columnista) y César Coca (periodista, adjunto direcc. El Correo)
Modera Mª Eugenia Merelo (jefa de cultura de Diario SUR)
Encuentro-coloquio: MANUEL ALCÁNTARA DE CERCA
Participan Lola Alcántara (pedagoga, profesora de la UMA) y Rafael Porras (presidente del Consejo de administración de RTVA)
Mesa redonda: MANUEL ALCÁNTARA Y LA CRÓNICA DEPORTIVA
Participan Agustín Rivera (periodista de El Confidencial, profesor de la UMA), Silvia Cruz (periodista) y Alfredo Relaño (presidente de Honor de Diario AS)
Modera Domi del Postigo (director Día D en Canal Sur Radio, columnista en La Opinión de Málaga)
Mesa redonda: MANUEL ALCÁNTARA Y LA COLUMNA DIARIA
Participan Jorge Bustos (periodista, jefe de opinión El Mundo), Rosa Belmonte (columnista en ABC y Vocento) e Ignacio Camacho (columnista en ABC)
Modera Teodoro León Gross (columnista en El País, profesor de la UMA)
Mesa redonda: EL POETA MANUEL ALCÁNTARA
Participan Carme Riera (escritora, miembro de la RAE), Ben Clark (poeta y traductor) e Ignacio F. Garmendia (editor y crítico de literatura)
Modera Pablo Aranda (escritor)
Resumen
Disciplina, ironía y humanidad en las letras de Alcántara
El VII Congreso Internacional de Periodismo, organizado por la Fundación Manuel Alcántara en colaboración con la Diputación de Málaga, analiza la figura del escritor malagueño en la poesía, el columnismo y la crónica deportiva, y descubre su lado más íntimo.
Poeta, columnista, periodista deportivo y, por encima de todo, Manuel Alcántara. Auténtico, disciplinado, piadoso, elegante, “maestro de la ironía, que no del sarcasmo”. Todas las facetas del escritor malagueño se pudieron descubrir en el VII Congreso Internacional de Periodismo que la Fundación Manuel Alcántara celebró durante los días 23 y 24 de octubre en Málaga. Un evento que reunió a reconocidos periodistas y escritores del panorama nacional y en los que el maestro Alcántara de una u otra manera dejó huella.
Fue su poesía, esa profesión que Alcántara afirmaba “llevar por dentro”, la que abrió y cerró el congreso, como un hilo conductor de dos jornadas rebosantes de recuerdos, periodismo y amor por el lenguaje.
Los poetas Aurora Luque y Francisco Ruiz Noguera fueron los encargados de repasar la trayectoria poética de Alcántara, una realidad que durante muchos años llegó a los lectores en forma de columna, “porque las escribía con conciencia de poeta por encima de todo”, señalaba Ruiz Noguera.
El profesor de la Universidad de Málaga, que repasó con maestría y gran conocimiento la trayectoria poética de Alcántara, incidió en la “madurez” con la que irrumpió el poeta en el panorama literario de los años 50 y recordó la etapa en la que los poemas del malagueño sufrieron un importante “silencio editorial” desde 1962 hasta 1984. Esto provocó que su obra quedara “semiescondida” hasta la publicación de varias antologías.
Para Aurora Luque, encargada de desgranar sus versos, Manuel Alcántara no era un escritor “libresco”, porque “no exhibía sus lecturas”, y en su singular poesía parece “preferir las formas cerradas y definidas, como si el espacio del poema fuese el cuadrilátero del ring, al que tuviera que subir las palabras y las ideas y pelear entre ellas y no querer ser derrotadas, aunque ello suponga dolor. Por eso Alcántara se luce, sobre todo, en el soneto”, explicó.
“Alcántara defendía el juego de palabras, como un intento de demostrar que las cosas tienen varios perfiles, que la realidad no es unívoca, lo que le aleja saludablemente del dogma y lo convierte en escéptico. Esta actitud fue lo que lo convirtió también en un periodista genial”, apostilló la poeta.
Alcántara, columnista
Considerado el ‘decano de los columnistas españoles’, Manuel Alcántara ejerció este género periodístico durante más de medio siglo. En las últimas tres décadas, en el diario Sur y, por ende, en todo el grupo editorial Vocento. Esta vinculación centró una mesa redonda en la que participaron el director de Diario Sur, Manuel Castillo; el escritor y columnista Antonio Soler; el periodista y director adjunto de El Correo, César Coca; y la jefa de Cultura de Diario Sur, María Eugenia Merelo.
Alcántara desembarcó en la última página del diario Sur el 1 de julio de 1989 y su primer artículo se titulaba ‘Aquí’. “Era toda una declaración de intenciones, un compromiso”, indicó Merelo citando al escritor: “Aquí estará mi artículo todos los días. Perdonen mis muchas faltas venideras. Y ya saben que si el tiempo no lo impide, me refiero al tiempo de la vida, aquí estará mi artículo todos los días. Que sea por muchos años y que ustedes lo vean”. El columnista firmó 10.000 artículos en la contraportada. El pasado 20 de enero llegó el último al fax de la redacción.
Castillo destacó la “extraordinaria independencia” que Alcántara tuvo como columnista y como periodista, “estaba alejado de cualquier tipo de poder”. “Es esa independencia la que lo ha convertido en un referente como columnista, respetuoso con las palabras, el oficio y la lengua”, apunto el director de Sur.
Antonio Soler quiso resaltar la ironía que desprendían las columnas del maestro, “el no jugar a lo absoluto, saber que las cosas son relativas y relativamente importantes”, y recordó que, cuando llegó a Sur “estaba de vuelta de todo, sabía valorar lo que importaba, sabía mirar las cosas con cierta distancia y eso se notaba en los artículos”, añadió.
Para el director adjunto de El Correo, Alcántara era, “de una manera nada impostada, un bilbaíno más”. El escritor “apuraba los placeres gastronómicos vascos mientras que los vascos disfrutaban con su columna diaria”, recordó entre anécdotas. También quiso subrayar la disciplina del periodista malagueño tan admirado en la otra punta de España, que escribía sus artículos “todos los días, sin vacaciones, sin puentes y todos de la misma longitud”. En este sentido, añadió que “en tres o cuatro folios escribe cualquiera, lo difícil es hacerlo en 22 líneas”.
César Coca indicó que las decisiones a la hora de escribir han de hacerse a gran velocidad, “si uno piensa palabra a palabra en aquello que va escribiendo, la cosa no funciona. Manuel Alcántara tenía esa potencia para crear a gran velocidad”.
También los columnistas, Teodoro León Gross, Ignacio Camacho, Rosa Belmonte y Jorge Bustos homenajearon al maestro en un debate en el que se resaltó su capacidad para criticar desde la cordialidad.
Camacho lo recordó como «un maestro de la ironía, que no del sarcasmo”. Para el columnista de ABC, “el sarcasmo no es humanitario” y la piedad estaba, a su entender, entre las dos cualidades más destacadas de Manuel Alcántara. La otra era la persistencia. “Escribió todos los días del año durante más de tres décadas. Su carrera es de fondo porque tumbaba en disciplina al más pintado” y recordó cómo, en cualquier almuerzo, se levantaba de la mesa cuando se aproximaba la hora de teclear. “Me voy, que no estoy escrito”, decía.
Jorge Bustos, jefe de Opinión de El Mundo, habló de Alcántara como “un columnista de ideas y profundamente cordial”, que no hacía exhibición de su vida ni de sus ideas, “pero te las iba colocando con gran mesura y sencillez”. Desde su punto de vista, Alcántara era un “vitalista pagano”, al que le importaba más la muerte y el amor que la ideología o la corrupción. Y en este sentido, Bustos reconoció la envidia que le producía la capacidad del escritor para hacer una columna filosófica sobre el amor o la muerte “sin parecer cursi o engolado”. “Ese talento es muy complicado”, finalizó.
Para León Gross, “no hay un único Manolo”, pero sí uno reconocible, que encontró en la columna un género de expresión para un poeta. El periodista dijo que Manuel Alcántara creía mucho en el valor de la palabra, “sabía que el adjetivo que no da vida, mata y escogía cada palabra con un cuidado impropio de los columnistas, que solo se entiende en alguien que pensaba en sí mismo como un poeta”, concluyó el profesor de la UMA.
La periodista Rosa Belmonte, por su parte, recalcó la “concisión, brevedad, ironía y retranca” de los textos periodísticos de este “columnista de provincias, que era el menos provinciano de todos”.
Alcántara, humano
En la versión más personal e íntima del maestro, su hija, la pedagoga y profesora de la Universidad de Málaga, Lola Alcántara, rescató recuerdos de la infancia y reveló episodios que la mayoría del público desconoce.
En una conversación con el presidente del consejo de administración de RTVA, Rafael Porras, explicó la estrecha relación que tuvo con su padre, con la que estaba de acuerdo en casi todo, aunque hicieron “combate nulo” en el tema taurino. La profesora, animalista confesa, relataba que, mientras su padre era jurado de trofeos taurinos, ella se encadenaba en Las Ventas en el 71. “El único libro de mi padre que voy a vender es El Cossío y voy a donar el dinero a la protectora de animales”, bromeaba.
Tampoco coincidían en la pasión por el Dry Martini. “Jamás he entendido qué gracia tiene, a mí no me ha gustado nunca, pero para mi padre era todo un ritual En los últimos tiempos no se lo bebía pero había que preparárselo”.
Por el contrario, sí que acompañó a su padre a muchos combates de boxeo tanto en España como en el extranjero y compartió con él textos feministas. “A cambio, él me hacía leer a Josep Plá, que nunca me ha gustado”, contaba la profesora de la UMA.
Lola dejó claro que Alcántara no era bohemio ni creyente. Tampoco le gustaba viajar “lo mejor de viajar es volver” y le costaba lo mismo “acostarse que levantarse”.
La pedagoga recordaba su infancia en los madrileños jardines de Sabatini y a personas “que luego me enteré que eran importantes como el tío Eladio (en relación al poeta Eladio Cabañero), Luis Rosales “tremendamente aburrido”, Ignacio Aldecoa “que fue como un padre” o Camilo José Cela “que me caía fatal”. Confesó ser una niña “un poco repelente” a la que le daban una moneda si sabía continuar un verso, “había leído mucho para la edad que tenía”.
Lola Alcántara reveló que en el 23F, el director de El Alcázar, Antonio Izquierdo, puso el nombre de su padre en una lista de personas que había que fusilar en el Santiago Bernabéu. «Menos mal que han elegido bien el estadio», exclamó su padre, gran aficionado al Real Madrid, al conocer la noticia.
Alcántara, cronista deportivo
“El mejor sin discusión en las crónicas de boxeo”. Así se recordó a Manuel Alcántara al abordar el legado del periodista malagueño en la crónica deportiva. Un análisis que corrió a cargo de Agustín Rivera, periodista del El Confidencial y profesor de la UMA; Silvia Cruz, periodista y jefa de Actualidad en Vanity Fair; Alfredo Relaño, presidente de honor de Diario AS; y Domi del Postigo, director Día D en Canal Sur Radio y columnista en La Opinión de Málaga.
Manuel Alcántara destacó por sus artículos de boxeo, deporte al que era un gran aficionado y que, según indicó Relaño, “hizo bien en elegir por lo que tiene de crónica literaria”. En este sentido, Silvia Cruz se refirió a los diferentes niveles de lectura que había en los textos deportivos de Alcántara, “los entendía el que no sabía de boxeo y el aficionado” y subrayó el enorme valor de documentación del periodista.
El escritor, que llegó al diario Marca cuando ya había obtenido reconocidos premios periodísticos, fue recibido “con todos los honores”, según Agustín Rivera. “En la portada había una llamada anunciando su fichaje”, explicó. El periodista remarcó que las crónicas de Alcántara son “la edad de oro del boxeo español”.
Alcántara, poeta
“Alcántara fue un gran periodista porque fue un gran poeta. Sus columnas tienen las mismas referencias, los mismos giros lingüísticos que sus versos”, indicó la escritora y miembro de la Real Academia Española, Carmen Riera, cuando la poesía volvió a apropiarse del congreso en su clausura. En la mesa redonda también participaron Ben Clark, poeta y traductor, Ignacio F. Garmendia, editor y crítico de literatura, moderados por Pablo Aranda, escritor y director de actividades de la Fundación Manuel Alcántara.
Alcántara, según Riera, dio con la clave de un lenguaje poético personal “que lo aplicó tanto a la poesía como a la prosa” y se centró en los versos de ‘Biografía’, obra en la que el poeta plasmó las temáticas más frecuentes de toda su obra, el paso del tiempo, el existencialismo y la niñez.
“Es una poesía que mueve las caderas”, apuntó Ignacio F. Garmendia, aludiendo a la “música” de sus poemas. El editor coincidió con la escritora balear en ese “existencialismo dubitativo” que se mezclaba con la ironía y el humor característico del poeta malagueño. “La de Alcántara es una poseía falsamente sencilla”, indicó Ben Clark, donde “hay un trabajo de acercar la poesía al lenguaje coloquial para darle la vuelta y que lo coloquial se convierta en alta poesía. Lo consigue con un rechazo absoluto a la figura retórica excesiva”, explicó el traductor.