Manuel Alcántara, referente cultural.

Manuel Alcántara (Málaga, 10 de enero de 1928- Rincón de la Victoria, 17 de abril de 2019), poeta y columnista de opinión, fue considerado el “decano de los columnistas” por su labor ininterrumpida durante más de 50 años en diversos medios de comunicación.
Biografía
Manuel Alcántara nació el 10 de enero de 1928, en la Calle del Agua situada en el popular barrio malagueño de La Victoria, de Málaga.
La guerra civil española lo marcó desde su infancia “Tenía ocho años cuando comenzó la guerra. De ahí viene mi agnosticismo vital y, sobre todo, mi eterna duda política. He presenciado desde el hambre hasta la muerte por fusilamiento. (…) Todos mis sentimientos, en buena parte, se labraron en mi infancia.”. Al cumplir los dieciocho años se trasladó a vivir a Madrid, adonde fue destinado su padre, empleado de Renfe. Comenzó los estudios de Derecho, que abandonó rápidamente para seguir su vocación literaria y poética.
En la capital española conoció a quien fue su esposa, Paula Sacristán, con la que contrajo matrimonio en 1953 y tuvo a su única hija, Lola.
Colaborador de cabeceras históricas como Pueblo, Marca o Diario Sur, destacó por su interpretación de la actualidad política, cultural y social, así como por sus crónicas deportivas sobre boxeo, fútbol y ciclismo. Lo poético y lo humorístico aportan la marca más característica a su estilo.
Falleció en el Rincón de la Victoria (Málaga) el 17 de abril de 2019.
Desde 2007, la Fundación Manuel Alcántara vela por la conservación y difusión de su obra e impulsa actividades culturales y docentes en Andalucía.
Era el maestro de la paradoja penetrante y de la frase biselada, de la ironía piadosa y de la cita rápida, de la sorpresa conceptual brillando en el breve relámpago de una metáfora. Era el príncipe del ensayo urgente ametrallado en doscientas palabras. Se llamaba Manuel Alcántara y llevaba tinta en las venas y la pasión de escribir grabada a fuego en el alma.
Artículo de Ignacio Camacho “MANUEL, DE MÁLAGA” publicado en ABC , el 18 de abril 2019
Trayectoria poética
Alcántara inicia su trayectoria poética en 1951, a los veintitrés años, en el sexto recital de la III Serie de lecturas poéticas del Café Varela de Madrid. Entre 1951 y 1953 será asiduo del Café Lira y del Café Molinero. En 1953 estrena “Alforjas para la poesía”, en el teatro Chapí, obteniendo reconocimientos en los Juegos Florales de Lorca, y Gijón.
En 1955 publica Manera de silencio, con el que obtiene el Premio de poesía Antonio Machado que concede la revista Juventud, figurando como poeta destacado en la Antología de la poesía española 1955-1956 de Rafael Millán.
Posteriormente publica El embarcadero (1958), Plaza mayor (1961), con el que obtuvo el accésit del Premio Nacional de Literatura, premio que conseguirá en 1963 con su siguiente libro, Ciudad de entonces (1962).
Su segundo periodo poético es en los años ochenta, con la publicación de Anochecer privado (1983), Sur, paredón y después (1984) y Este verano en Málaga (1985), con el que obtuvo el Premio Ibn Haydún. Su última obra poética es La misma canción (1992).
Trayectoria en prensa
En cuanto a prensa, se inició en 1956, a los 28 años, con colaboraciones esporádicas en Juventud, y posteriormente en 1958 en La Hora, Semanario de los Estudiantes Españoles. El salto a la prensa nacional se produce a través del diario Arriba, a partir de ese momento sus colaboraciones en diversas publicaciones fueron ininterrumpidas y muy conocidas, por lo que pronto alcanzaría las cabeceras más importantes de la prensa española, logrando los tres máximos premios del periodismo español: Mariano de Cavia, González Ruano y Luca de Tena.
Colaboró en los diarios Pueblo, Ya, Arriba, Marca y La Hoja del Lunes; en la revista Época y en numerosos programas de Radio Nacional de España o la COPE. También fue colaborador en Televisión Española, en espacios relacionados con el fútbol, deporte del que fue un gran conocedor. Como corresponsal deportivo viajó por Sudamérica, Italia y Japón.
Durante 30 años -desde 1989 hasta 2019- escribió una columna diaria que era publicada en la contraportada de los diarios del Grupo Vocento (entre otros Diario Sur, El Correo y Las Provincias), como primera firma, lo que le convirtió en el articulista de mayor audiencia de España.
De su labor como articulista -más de 20.000 artículos publicados- se han editado varias recopilaciones: Los otros días (1994), Fondo perdido (1997), Vuelta de hoja (1998), Málaga nuestra (2002), Cantigas de amigo (2003) y La edad de oro del boxeo (2014)
Premios y reconocimientos
Como poeta, fue distinguido con los premios Antonio Machado, Nacional de Literatura, Hispanidad de Alforjas para la Poesía e Ibn Zaydún. Como articulista, recibió los tres máximos premios del periodismo español: el Luca de Tena, el Mariano de Cavia y el González-Ruano. Además, obtuvo premios periodísticos como el Javier Bueno (de la Asociación de la Prensa de Madrid), el José María Pemán, el Pedro Antonio de Alarcón, el Bravo, el Costa del Sol, o el Joaquín Romero Murube, entre otros. Recibió el Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija y fue nombrado Autor del año (2019) por el Centro Andaluz de las Letras de la Junta de Andalucía.
A estos reconocimientos se unen otros de orden académico y social: Doctor Honoris Causa de la Universidad de Málaga, Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Medalla de Andalucía, Encomienda de la Orden Civil de Alfonso X el sabio, Hijo Predilecto de Málaga, Hijo Predilecto de Málaga y de su provincia e Hijo Adoptivo del Rincón de la Victoria. Su nombre da título a un premio de poesía, a otro internacional de periodismo, y un tercero, nacional, de periodismo deportivo.
Premios por orden cronológico:
- 1962: Premio Nacional de Literatura, por Ciudad de entonces.
- 1965: Premio de Periodismo Luca de Tena, por Pablo VI, en Harlem.
- 1975: Premio de Periodismo Mariano de Cavia, por Federico Muelas.
- 1978: Premio de Periodismo González-Ruano, por Tono.
- 1979: Hijo Predilecto de Málaga.
- 1984: Pregonero de la Semana Santa de Málaga.
- 1987: Hijo Adoptivo del Rincón de la Victoria.
- 1993: Creación del Premio Internacional de Poesía Manuel Alcántara.
- 1995: Premio Mariano José de Larra.
- 1999: Hijo Predilecto de la provincia de Málaga.
- 1999: Creación del Premio Internacional de Periodismo Manuel Alcántara.
- 1999: Premio José María Pemán, por Aniversario.
- 2001: Medalla de Oro de Andalucía.
- 2000: Doctor Honoris Causa de la Universidad de Málaga.
- 2002: Medalla de Oro del Ateneo de Málaga.
- 2005: Premio El Torreón de la Fundación Wellington.
- 2005: Medalla de Honor al Malagueño del Siglo.
- 2009: Premio Joaquín Romero Murube, por Cansinos vuelve a Sevilla.
- 2010: Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija.
- 2010: Homenaje a su obra poética en el Festival Internacional de Poesía en el Dickinson College de Pennsylvania.
- 2011: Documental El pésimo actor mexicano.
- 2015: I Premio Pick a los Valores Humanos concedido por el Club de Prensa Pick Santander.
- 2017: ‘First Amendment Award 2017′ en reconocimiento a toda su carrera profesional (concedido por la Asociación Española de los Eisenhower Fellowships).
- 2017: Ingreso en la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, con la categoría de Encomienda.
- 2018: Creación del Premio Nacional de Periodismo Deportivo Manuel Alcántara (2018).
- 2018: Medalla de San Isidoro (Unión Nacional de Escritores de España).
- 2019: Autor del año por el Centro Andaluz de la letras (CAL).
Biografía detallada
Con diecisiete años, para examinarse de la reválida en Granada, abandona Málaga por primera vez. Meses después se marchará a Madrid, ya que su padre es destinado por Renfe, compañía para la que trabaja, a la capital. Empieza la carrera de Derecho, que no tardará en abandonar “por aburrimiento”, y se emplea en la oficina de seguros de la compañía ferroviaria. Allí conocerá el 1 de diciembre de 1945 a la que se convertirá ocho años después en su esposa, Paula Sacristán.
Ahora el autor puede dedicar las noches, y buena parte de las madrugadas, a su verdadera vocación, la poesía: “La poesía está para describir sentimientos, para conocerte a ti mismo, para alumbrar la vida, pero su objetivo no es nada jocoso. La poesía es indefinible” (entrevista con José Vicente Astorga, “Esto de vivir se me ha pasado muy pronto”, diario Sur, Especial Manuel Alcántara cumple 80 años, 18 de enero de 2008).
El 24 de enero de 1952, participa en el Café Lisboa en el recital “Las voces del presente y el pasado unidas en Adelfos”; en febrero del mismo año en el Café Lira con el grupo literario Tartessos; el 11 de marzo interviene en la séptima sesión del Café Molinero titulada Arte Poético; y poco después actúa con Gabriela Ortega en el vigésimo segundo del Café Varela. Su presencia se hace habitual en los cafés literario del ambiente bohemio del Madrid de la larga posguerra.
El 11 de julio de 1953 contrae matrimonio con Paula, con la que tendrá a su única hija, Lola, en febrero de 1955. Semanas después aparece en la exposición de bocetos de los ‘Versos a medianoche’ del café Varela.
Ese mismo año hará su estreno con ‘Alforjas para la poesía’ obteniendo en 1953 varios premios en los Juegos Florales, en octubre en Lorca y en diciembre en Gijón. Los Juegos Florales a los que Alcántara se refiere como “esa lírica horticultura” eran además, como tantos otros concursos, una forma más de vivir de la poesía “compensar la talega y no los honores (…) era un tiempo de una vida dura y difícil y entonces era un mera circunstancia económica, pero eso era de una notable cursilería, es evidente. La reina, el baile… era una tramoya del pueblo (…) muchos poetas importantes del Siglo de Oro como Lope y Góngora, se presentaban a algunos Juegos Florales y ganaron (…) fue un fenómeno decimonónico y se extingue. Son cosas que había que hacer para buscar unas monedas. Fíjate, es que la poesía es el amor puro”.
Sin embargo, ‘Alforjas para la poesía’ ya son otro cantar para el autor, una época de peripecias y recitales por toda la geografía española: “recorrimos España como juglares, diciendo versos en los sitios más extraños (…) Alforjas eran los grandes, los buenos tiempos de Conrado Blanco, probablemente la persona más generosa que yo haya conocido en mi vida. Decíamos versos en las almenas de los castillos, hasta en las iglesias, en los homenajes a Santa Teresa, en Alba de Tormes (…) era un menester de juglares. Íbamos en grupo, ya muchos desaparecidos (…) ahí se juntaban una serie de poetas muy interesantes, nos hicimos muy amigos”.
En 1955 obtiene el prestigiado premio de poesía Antonio Machado que concede la revista Juventud. Además se publica su primer libro de poemas, “Manera de silencio”, que es designado, en unos premios equivalentes al posterior Premio de la Crítica, mejor libro poético del año, y que incluye uno de los poemas más representativos de toda su carrera poética: ‘Biografía’.
En este período participa en numerosas lecturas y homenajes. “La revista Hora lo populariza como ‘el penúltimo bohemio del Madrid castizo’. Figura como autor destacado en la Antología de la poesía española 1955-1956 de Rafael Millán, que publica la editorial Aguilar; y, antes de concluir el año, se le otorga el Premio Navidad” (introducción a Fondo Perdido).
Empieza a colaborar esporádicamente en la revista Juventud, donde publica varios cuentos y artículos de carácter literario. En las secciones ‘Nuestra columna’, sobre todo en ‘Contrapunto’ y ‘Una vuelta por los tópicos’ demostrará Manuel Alcántara su talento como articulista.
En 1958 obtiene el accésit del Premio Nacional de Literatura con su libro Plaza Mayor. Por aquel entonces ya colabora en La Hora (Semanario de los Estudiantes Españoles).
El salto a la prensa nacional se produce da través del diario Arriba, de la mano de su director Rafael García Serrano “un hombre de desprendido corazón” según el propio Alcántara; tras el verano de 1958, comienza a publicar la columna ‘Corazón del mundo’.
En mayo de ese mismo año la nueva dirección decide prescindir de las greguerías dominicales de Ramón Gómez de la Serna; por ello, en señal de protesta, Manuel Alcántara abandona el periódico de forma efectiva el 23 de mayo, centrándose en la escritura de “Ciudad de entonces” que verá la luz en 1962.
Tras su marcha de Arriba Emilio Romero no duda en contratarlo en Pueblo “(…) que dirigía con pulso notable y confianza en las páginas de opinión, según se puede apreciar en la importancia que concede a los propios editoriales y a sus colaboradores, tales como Carmen Laforet, Castillo Puche, Javier M. Bedoya, José Bugeda, Diego Jalón o Eugenia Serrano.” El 27 de mayo este periódico recibe a Manuel Alcántara elogiando no sólo su brillante trayectoria literaria sino su faceta periodística.
Publicará sus artículos en la serie ‘Historias de verdad’ colaborando a la vez en el diario Ya con textos que enriquecen los reportajes gráficos y después con artículos, llegando a veces a publicar en ambos diarios. A principios de 1963 abandona Pueblo cuando su libro “Ciudad de entonces” recibe el Premio Nacional de Literatura. Un año después se estabiliza en Ya con la columna ‘El día de hoy’, que, salvo ocasiones contadas, llega a ser diaria y en la que a veces publican las crónicas de determinados acontecimientos a los que acude como enviado especial.
Este mismo año, 1964, obtiene el Premio Nacional Costa del Sol por su artículo “Esto era lo mío: por malagueñas” y un año después se falla el Luca de Tena a favor de Manuel Alcántara por su artículo “Pablo VI en Harlem” publicado el 5 de octubre. Recibe el premio en 1966: “La lápida en la fachada suele ser una postal que llega tarde cuando no hay nadie en casa. Es preferible que los honores nos sean otorgados cuando aún estamos en buen uso y podemos brindar, sin que nos hagan daño, con un licor fuerte” (ABC, viernes 15 de abril de 1966). Ese mismo año se le reconoce con el Premio Hispanidad de “Alforjas para la Poesía”.
Este mismo año, 1964, obtiene el Premio Nacional Costa del Sol por su artículo “Esto era lo mío: por malagueñas” y un año después se falla el Luca de Tena a favor de Manuel Alcántara por su artículo “Pablo VI en Harlem” publicado el 5 de octubre. Recibe el premio en 1966: “La lápida en la fachada suele ser una postal que llega tarde cuando no hay nadie en casa. Es preferible que los honores nos sean otorgados cuando aún estamos en buen uso y podemos brindar, sin que nos hagan daño, con un licor fuerte” (ABC, viernes 15 de abril de 1966). Ese mismo año se le reconoce con el Premio Hispanidad de “Alforjas para la Poesía”.
En enero de 1967, abandona Ya para volver a Arriba con una columna diaria junto a la de su querido amigo Jaime Campmany. Esa columna será conocida como ‘Barquitos de papel’ por el dibujo que la distingue y que en 1969 le proporcionará el Premio Juventud por “Los otros jóvenes”, así como el Premio Meliá y el Premio de Prensa Cruz Roja por “Los donativos de dentro”. Además de escribir en Arriba, en 1967 empieza con artículos, generalmente de boxeo, para Marca en el espacio ‘Hora cero’, así como las crónicas de grandes combates. Sus artículos para la publicación deportiva alcanzarán un alto nivel de popularidad y fama.
Alcántara ha reconocido que la del boxeo fue su época más feliz, profesionalmente hablando, debido a su afición por este deporte desde la infancia: “de niño yo vivía en La Lagunilla (…) había un solar en frente, que era una fábrica como de ladrillos, pero muy grande, desde el que se veían a los boxeadores. Cuando yo daba la lata en mi casa me decían “- Niño, vete con los boxeadores” (…) yo los veía entrenar, pegarle al saco y saltar a la comba y hacer guantes entre ellos. Y eso se me quedó para siempre (…) Yo siempre digo que de boxeo y del croché de izquierda entiendo más que de Góngora y de Villamediana”.
En 1968 será premiado por su artículo “Tiene que ser mío” con el Premio Radio Nacional (Ya,19 enero 1968)
A finales de ese año, recibe otro premio, el IV Centenario Sanjuanista, por la serie de artículos titulados “Por las rutas de San Juan de la Cruz” publicadas en el diario Arriba.
En julio del año 1969, a los cuarenta años de edad, compra su casa malagueña del Rincón de la Victoria, para estar más cerca de su tierra y volver regularmente al Mediterráneo, ese por el que con su Dauphine era capaz de bajar hasta Málaga sin importarle las carreteras ni el tiempo que se tardaba por aquel entonces en realizar el recorrido, cuando tenía ganas de mar, para después, con las mismas, volver a Madrid.
En los meses posteriores suma, en los Premios Literarios Ciudad de Cuenca, el Hermanos Valdés por su trabajo titulado “Volver a Cuenca” publicado Arriba; y otros reconocimientos como el Premio Homenaje a Nuestros Mayores o, por su artículo “Nuestro amigo Omar Khayyam”, el XVIII Concurso Nacional Periodístico sobre el Vino.
En 1974 obtiene el segundo de los grandes premios literarios: el Mariano de Cavia por su artículo “Federico Muelas”, publicado el 26 de noviembre: “Así, de repente, tienes en las manos algo que era ya en tu vida casi una frustración, algo que he perseguido durante diez años con innumerables artículos. No te niego que para mí el Mariano de Cavia es como la Academia del Periodismo, por la gente que tiene en su nómina, que es impresionante (…) El artículo fue un Barquito de papel, quizá el último, un artículo que escribí con cierto temblor, porque con Federico he tenido muchos años de recorrer juntos España diciendo versos, y es difícil meter en folio y medio a un amigo de cuarto de siglo” (Arriba, 24/4/1975)
Con la muerte del dictador, y ante la incertidumbre sobre el rumbo que tomarán los acontecimientos, los cambios se hacen notar en la prensa. Alcántara pasa a la columna ‘Agenda de notas’, aunque todavía ésta le seguirá reportando reconocimientos: Premio Farmacia 1976 por “Elmyr de Hory acaba con sus vidas” publicado el 14 de diciembre de ese año.
Ya en 1977, con el nombramiento de Alejandro Armesto como nuevo director del diario, Alcántara vuelve a su formato predilecto en septiembre con la serie ‘A beneficio de inventario’, espacio en el que el 6 de diciembre de 1978 publicará el artículo que dedica al asesinato del joven Caparrós durante la manifestación por la autonomía de Andalucía el 4 de diciembre: “Manuel de Málaga”.
Este artículo le supone un ataque directo por parte del periódico El Alcázar. Alcántara recuerda así el episodio: ” Lo del chico este malagueño era una crónica absolutamente literaria, yo procuro emplear bien las palabras, no es que lo consiga, yo decía ‘el asesinato’ y por eso me quisieron llevar a los tribunales, vamos lo pidió el feroz periódico El Alcázar de aquel tiempo, en portada en un recuadro (…) por haber dicho ‘asesino’, y en el diccionario ‘asesinar’ es matar alevosamente y a ese muchacho le pegaron un tiro por la espalda. Yo no decía quién había sido el autor, yo dije que había sido asesinado”.
El autor conserva una postura política de distanciamiento durante la Transición. En el franquismo ya se había guardado de dedicar una línea al Jefe del Estado: “Yo nunca piropeé, ni nombré siquiera, al general. Yo nunca fui un disidente, por supuesto, pero desde luego nunca fui un tío de los muchos lisonjeros que tenía. Y jamás el que se vaya a una hemeroteca puede encontrar un texto mío hablando de Franco. Al producirse la transición, en determinada revista me ofrecen unas colaboraciones, eso que se llama entre nosotros “muy bien pagadas” aunque nunca es para comprarte un yate (…) sabían mi trayectoria por periódicos, que había pasado por Pueblo, por Arriba, por Blanco y Negro, y me decían “una semblanza arreando” pero yo respondía “no hombre, ahora es muy fácil”. (…) No lo digo por presunción sino como dato; ni antes fui un adulador ni luego…”.
Este niño de la guerra, que se define como “un gacetillero y aprendiz de poeta” (Pretextos, entrevista, Canal 2 Andalucía, 28-05-1999) en 1979 recibe el Premio González-Ruano por un artículo publicado el 5 de enero del año anterior; un espléndido artículo titulado “Tono” que dedica una vez más a la memoria de otro de sus admirados e inolvidables amigos.
En enero de este año, poco antes de que Alcántara abandone Arriba, su columna ‘A beneficio de inventario’ se replantea con otra sección titulada ‘Oficio de ver’.
El 14 de mayo de 1979 se incorpora a Hoja del lunes en la que se va a publicar ‘Luz de domingo’ como homenaje a Ramón Pérez de Ayala.
Ese mismo año es nombrado Hijo Predilecto de Málaga, su querida Málaga, a la que menciona siempre y de la que suele comentar: “(…) Málaga tiene fama de ser madrastra, conmigo no, conmigo ha sido una madre amantísima; ‘mamá Málaga’ digo yo cuando me quedo solo”.
En 1982 su “Vuelta de hoja” en Ya pasa a la página impar acompañada de articulistas de la talla de Luis María Ansón o Emilio Romero. Al año siguiente vuelve con “Luz de domingo” a la sección de deportes de Hoja del Lunes, aunque abandonará el 12 de septiembre con una columna titulada “Se busca”.
Entre el ’83 y el ’85 colabora esporádicamente con Interviú, Don Balón y Dintel. Además reúne tres nuevas colecciones de poesía: “Anochecer privado” (1983); “Sur, paredón y después” (1984, edición limitada en 150 ejemplares firmados por el poeta y el pintor Francisco Hernández cuyos grabados ilustran la obra) y “Este verano en Málaga” (1985).
En la tercera semana de marzo de 1985 comienza en Época, entre otras firmas de prestigio -Julián Marías, Ramón Pi, Pilar Urbano o Emilio Romero- la columna “Galería” en la que trata de representar los estereotipos característicos de la época política: el orador, el amigo íntimo, la liberada, el insustituible, el ex delegado, el comensal, el hombre de confianza, el simpatizante, el arrepentido…”.
El 4 de mayo de ese mismo año publica por primera vez la columna ‘Hoy día’ en el diario malagueño La Tribuna de Marbella, pero las dificultades económicas del periódico hacen que el 16 de octubre deje de aparecer su firma. En 1988 pasa los domingos a publicar en el suplemento de Ya, titulado El dominical, la sección ‘Rincón Sur’.
Mientras sigue firmando en Época, publica en 1992 el libro poético “La misma canción”.
Si unos años antes Sur debe llegar a un acuerdo con Ya para reproducir “Vuelta de Hoja” ahora es el diario madrileño el que debe recurrir a Correo para poder publicar a Alcántara en Madrid, sin embargo Ya vive sus últimos momentos antes de su extinción.
En 1993 se convoca el primer Premio de Poesía de Manuel Alcántara. En 1996, el Departamento de Periodismo de la Universidad de Málaga anuncia la creación del Premio de Periodismo también con su nombre. Un año antes, Teodoro León Gross había defendido la primera tesis doctoral dedicada a la obra articulística del autor.
En 1997 se publica “Fondo Perdido”, recopilación de cien artículos de su obra periodística, cuya introducción y selección corren a cargo del columnista e investigador Teodoro León Gross, quien se refiere al autor como “orfebre palabrista”, “maestro de la sencillez” y “mago del ingenio”. (“Medio siglo de columnas o 18. 000 días” diario Sur, Especial Manuel Alcántara en su 80 cumpleaños, enero de 2008).